La poda consiste en reducir el número y la longitud de los sarmientos para que la vid produzca menos racimos, pero de más grosor y más calidad. La poda alarga la vida de la vid y asegura la cosecha de un año para otro.
Permite también adaptar el tamaño de la planta al espacio donde se cultiva para facilitar las tareas del viticultor.
Comienza la poda